La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la membrana que cubre la parte interna de los párpados y la cara anterior del globo ocular. Este trastorno puede originarse por el humo, la humedad, el polvo, el exceso de luz, pero por lo general su origen es infeccioso.
A veces se presenta como consecuencia de catarros repetidos o de alergias a agentes físicos. Existe un tipo de conjuntivitis que se produce por el excesivo cloro de algunas piscinas. Pero en este caso la afección desaparece a los dos o tres días y no necesita tratamiento.
La conjuntivitis se manifiesta a través del enrojecimiento del blanco del ojo y el interior de los párpados, una abundante secreción lagrimal que suele pegar los párpados, y pesadez en los ojos que se cansan y se vuelven sensibles a la luz intensa.
Tratamiento
Mantener una perfecta higiene ocular lavando los ojos con una infusión tibia que contenga manzanilla, malva y eufrasia por partes iguales y aplicando compresas con la misma infusión. Evitar los lugares al aire libre donde vuele el polvo o la arena y los ambientes muy cerrados y llenos de humo, polvo o humedad.
Es aconsejable además efectuar baños de vapor de pecho y cabeza una o dos veces diarias e ingerir verduras crudas (en especial zanahorias y tomates) y polen.